En el año 1913 nació Jesse Owens, un atleta que años más tarde se convertiría en leyenda al ganar cuatro medallas de oro para los EEUU en los JJOO de 1936 en Berlín. Sin embargo, Owens también fue el protagonista de esos JJOO y no por el tema deportivo, sino que marco, sin él saberlo, la lucha pacífica contra el racismo que predominaba por aquella época en Europa.
Owens en la salida de los 100ml en los JJOO de Berlín en 1930
Owens ganó la medalla de oro en las pruebas de 100ml, 200ml, 4x100m y en salto de longitud, demostrando que la concepto que tenía Hitler sobre la superioridad de la raza aria era una locura del dictador alemán. Cuando el canciller alemán vio la derrota de los suyos frente a un hombre de color, abandonó el estadio para no tener ni tan siquiera que dar la mano a Owens, así como para no tener que colgarle tampoco la medalla de oro que éste había ganado con su sufrimiento; podríamos decir que Owens con sus victorias sobre la pista humilló a Hitler en su propio estadio, en su propia casa, en unos Juegos que fueron calificados como los Juegos de Hitler en los que pretendía demostrar la superioridad de la raza aria.
Sin embargo, años más tarde, el propio Owens hizo unas declaraciones sobre los hechos, entre ellas: "Nunca recibí el saludo de Hitler, pero tampoco fui invitado para recibir el saludo del presidente en la Casa Blanca","Hitler no me desarió, Fue Franklin D. Roosevelt quien lo hizo". Cabe destacar, que el propio Presidente de los EEUU tampoco recibió a Owens como cuenta él mismo en sus memorias, pues en plena campaña electoral Roosevelt necesitaba el apoyo del sur estadounidense para alcanzar nuevamente la Casa Blanca.
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