Carros de fuego: EL ORO MÁS AMARGO

Sobre las 18:15 horas del pasado Domingo 3 de marzo en Goteborg, Renaud Lavellenie se proclamaba campeón de Europa en salto con pértiga con un salto de 6.01m. Tan solo unos segundos más tarde, el francés afrontaba el listón sobre unos nada despreciables 6.07m, con la alegría de saberse ya campeón y con la ilusión de colocarse como el segundo mejor saltador detrás del gran Sergey Bubka (6.15m), adelantando al australiano Steve Hooker que en 2009 salto 6.06m. Sin embargo, este salto le llevaría al francés a vivir uno de los momentos más amargos de toda su carrera deportiva.

Imagen de un desolado Renaud Lavillenie

El pertiguista francés, corrió con toda su motivación para superar el listón y mientras caía a la colchoneta celebraba que había conseguido situarse sólo tras el gran Bubka, pues el listón aún permanecía en lo más alto. Al caer, empezó a correr por toda la pista celebrando su logro, pero a escasos metros se encontraba el amargo destino del francés, pues el juez levantaba la bandera roja dando el salto como nulo ante la incredulidad de todos los espectadores, incluyendo al propio Renaud pues el listón se encontraba en su sitio. Nadie en todo el estadio entendía porqué el salto era nulo y todo el mundo esperaba una explicación ante las protestas del francés, sin embargo el listón no se encontraba en los soportes donde debía estar para dar el salto como válido sino que al rozarle con el pecho éste se quedó suspendido en una zona que no era la correcta. En esos instantes, Renaud estalló y comenzó a llorar como si el proclamarse campeón de Europa no fuese nada, ya que acababa de perder lo que por tanto tiempo lleva luchando, pues para un hombre que ha ganado todo lo que se puede ganar (JJOO, europeos, mundiales...) su motivación es la de superarse y convertirse en el más grande, siendo éste un gran paso al colocarse como el segundo mejor saltador de toda la historia.